A la luz alba que regresa Por la raya que define La lontananza tan presa Sin borde que la esquine.
Rompe y se asoma por levante: En senos de lumbre retornan Tropeles de luz adelante Que las sombras entornan.
El sol formidable avanza Devorando el nocturno manto, Con sus flechas y su lanza Rompe la noche y su encanto.
Señalan las olas solares Las formas de sólida hechura Que la noche y sus telares Liquidaron en su anchura.
Las vanguardias matinales Bordean los frutos mundanos, Y los astros aquí terminales Seguirán alumbrando lejanos.
Como un grimorio es la vida: Oculta la noche con sigilo Las mil formas mundanales, Todas envueltas en negro hilo. Y a toda hora, en cada momento Somos y estamos siempre en vilo Y se nos encubre el firmamento.
Solo en nuestra sidérea alma, Como un espejo bruñido, Reverbera a veces y en tramos La luz sin fin que invocamos Desde los profundos del abismo.
El "Cantor del Bosque Alemán", así es conocido Eichendorff en el ámbito de la lengua alemana. Nació Joseph Karl Benedikt Barón von Eichendorff en el castillo de Lubowitz (Alta Silesia) el 10 de marzo de 1788, en el seno de una familia de alta alcurnia: su padre era un oficial prusiano al servicio del príncipe Adolf Theodor Rudolf y la madre de nuestro poeta era la Princesa Karoline von Kloch.
Frecuentó los círculos románticos alemanes que bullían durante el siglo XIX en tertulias, revistas, grupos más o menos públicos, empeñados en revivir las tradiciones germánicas frente a la agresión de la revolución liberal que había inundado Europa de sangre, al paso de las tropas napoleónicas: Eichendorff combatió a las hordas napoleónicas como oficial del ejército prusiano. Eichendorff fue amigo de Joseph von Görres, el gran estudioso de la mística, autor de "Die Christliche Mystik" (todavía sin traducir al castellano), de Achim von Arnim y del gran lírico Clemens von Brentano, también amanuense de la mística y visionaria Ana Catalina Emmerick. En Viena, Eichendorff colaboró con el círculo de los hermanos Schlegel.
Autor de novelas, teatro, relatos (como "La estatua de mármol") y de una dilatada obra lírica, el Barón von Eichendorff falleció en Neisse, el 26 de noviembre de 1857.
A LA NOCHE YA MURMURA EL BOSQUE
Traducción del alemán al castellano:
Manuel Fernández Espinosa
A la noche ya murmura el bosque
Desde los fundamentos más hondos
Allí deberá el Señor luego, pronto
Encender los luceros.
Cuán silenciosas las gargantas están,
A la noche sólo murmura el bosque.
Todo va a su descanso,
El bosque y el mundo se desvanecen,
Temblando, pone oído el caminante
Que de su casa está anhelante.
Aquí en el apacible cobijo de la floresta,
Corazón, tú también al fin te vas a descansar.
ABENDLICH SCHON RAUSCHT DER WALD
Abendlich schon rauscht der Wald
Aus den tiefsten Gründen,
Droben wird der Herr nun bald
An die Sternlein zünden.
Wie so stille in den Schlünden,
Abendlich nur rauscht der Wald.
Alles geht zu seiner Ruh.
Wald und Welt verbrausen,
Schauernd hört der Wandrer zu,
Sehnt sich tief nach Hause.
Hier in Waldes grüner Klause,
Herz, geh endlich auch zur Ruh.
Aprovechamos para invitar a escuchar esta pieza del grupo alemán Orplid, inspirada en este bello poema del más puro romanticismo alemán.
A MORANTE DE LA PUEBLA Al gran torero de La Puebla del Río que muchos años ha obsequió una foto a mi abuelo materno, Juan José Ruiz Falla QEPD, cuyo apodo era “Morante”.
Los romanos hablaron de Betis, los moros, de Wadi al Kabir; sea como fuere esa es tu ribera, ese es tu sitio, ese es tu porvenir.
Maestro de laboriosa clase, que sabe innovar por la tradición, respetando el legado de los mayores, siempre hacia un futuro pundonor.
Semblante de aires bohemios, auscultando artísticas esencias. Discípulo de Belmonte; algún día, un Valle-Inclán, con excelencia
escribirá tus páginas doradas, reflejando la realidad de un grande: ¡Morante! ¡De La Puebla al cielo! ¡Morante! ¡Morante! ¡Morante!
Torea como crees y sabes, emociona con tu estético talento. ¡Morante! Genio y figura de categoría, honor y esmero.