Ars Magna Lucis Et Umbrae, Athanasius Kircher |
Manuel Fernández Espinosa
A la luz alba que regresa
Por la raya que define
La lontananza tan presa
Sin borde que la esquine.
Rompe y se asoma por levante:
En senos de lumbre retornan
Tropeles de luz adelante
Que las sombras entornan.
El sol formidable avanza
Devorando el nocturno manto,
Con sus flechas y su lanza
Rompe la noche y su encanto.
Señalan las olas solares
Las formas de sólida hechura
Que la noche y sus telares
Liquidaron en su anchura.
Las vanguardias matinales
Bordean los frutos mundanos,
Y los astros aquí terminales
Seguirán alumbrando lejanos.
Como un grimorio es la vida:
Oculta la noche con sigilo
Las mil formas mundanales,
Todas envueltas en negro hilo.
Y a toda hora, en cada momento
Somos y estamos siempre en vilo
Y se nos encubre el firmamento.
Solo en nuestra sidérea alma,
Como un espejo bruñido,
Reverbera a veces y en tramos
La luz sin fin que invocamos
Desde los profundos del abismo.
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