Una hembra es la querencia, la gloria y la esperanza.
A los niños educa ella, al hombre lo reconforta.
Ella sublima el corazón y aplaca el sufrimiento
Cual espíritu del cielo exiliado en la tierra.
Doblado por la faena o por el destino doblado,
Por su voz se yergue el hombre, enjuga su frente,
Lo apacienta ella y su sonrisa le alivia el corazón
Soliviantado en el largo correr de su breve jornada
En esta centuria férrea se hace la gloria asaz incierta,
Largo el tiempo es, al que forzoso es resignarse en espera.
A los niños educa ella, al hombre lo reconforta.
Ella sublima el corazón y aplaca el sufrimiento
Cual espíritu del cielo exiliado en la tierra.
Doblado por la faena o por el destino doblado,
Por su voz se yergue el hombre, enjuga su frente,
Lo apacienta ella y su sonrisa le alivia el corazón
Soliviantado en el largo correr de su breve jornada
En esta centuria férrea se hace la gloria asaz incierta,
Largo el tiempo es, al que forzoso es resignarse en espera.
La feliz ventura que la mujer otorga o por ella es hacedera?
Versión de Manuel Fernández
Poema original en francés:
Courbé par le travail ou par la destinée,
L'homme à sa voix s'élève et son front s'éclaircit;
Toujours impatient dans sa course bornée,
Un sourire le dompte et son coeur s'adoucit.
Dans ce siècle de fer la gloire est incertaine;
Bien longtemps á l'attendree il faut se résigner.
Mais qui n'aimerait pas, dans sa grâce sereine,
La beauté qui la donne ou qui la frai gagner?
No hay comentarios:
Publicar un comentario