SONETO A
LOS HUESOS DE FRANCISCO DE QUEVEDO
Este
caballero que fue de España gloria
lució una
cruz de Santiago en su pecho,
y besó un
crucifijo en su postrer lecho
para pedir
perdón por toda su vanagloria.
Es la vida
un alternar como una noria,
y en su
retornar todo es un deshecho,así estos huesos vencidos por el hecho
son reliquias de un español y la Historia.
Es Don
Francisco de Quevedo hoy huesos
pero ayer
ingenio y grande para mañana,más fino que todos los perros sabuesos
él supo ver
cómo todo honor y hazaña
no conducen
a otra cosa que al embeleso,pero más allá de la ceniza amó a España.
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